sábado, 10 de julio de 2021

Entre "La casa del horror" ¿y qué "Utopía mexicana"?

 Para empezar insisto: durante treinta años, cuando menos dos tercios del país avalaron a la cleptocracia neoliberal mexicana,  concentrados en el Bajío y el Norte. Solo nuestro Distrito Federal, unos semi confusos Guerrero y Michoacán y, mayormente con entrejuegos perversos, Chiapas, se decidieron por la izquierda electoral, en cuyos haberes estaba parte de quienes en verdad luchaban. Así que era estúpido hacer sinónimo pobreza extrema, ignorancia académica y clientelaje de derecha. 

Por sistema o a plazos la insurrección estaba en el Sur, ese propio Michigan nativo, nuestra gran ciudad capital y sus jóvenes connurbados. Pregunten sino al EZ, el Congreso Nacional Indígena, el Campo no Aguanta Más, la APPO, la CNTE, los normalistas rurales o el estudiantado Valle de México con algunos anexos -Veracruz, sobre todo. 

Al degenerar genéticamente, los herederos de Salinas y Diego Fernández abrieron las puertas. ¿Eran necesarias tus deleznables alianzas, López Obrador, aun si habías convertido a Morena en un nuevo, también decadente PRD, rechazando al movimiento social? 

Te amas como mesías, AMLO, y terminas siendo el mayor haber de una opinión pública que suplió a las masas protagónicas, empantanadas gracias a ti y los programas populares no sé si imposibles de reconocer por quienes participaron en su diseño.

Cumples así un sueño maderista con aires, apenas eso, de Juárez y Cárdenas sin Ocampos y Rivas Palacios o campesinados, sindicatos y clases medias socializantes, y dejas crecer a una clase política compuesta por caciques, caudillos y remoras del antiguo régimen. 

Ni qué hacerle, entre el peor país que hallamos conocido. La casa del horror, le digo tomando prestado el título a un cretino.

Adolfo Gilly llama Utopía Mexicana a la materializada por el cardenismo partiendo del constituyente que se impuso a Carranza y ¡Obregón y compañía avalaban! ¿Cómo es esta actual? ¿A la manera de ella necesitará tres lustros para concretarse?         

Ah, la política de alianzas

El joven me caía muy bien hasta que recién arrancada la Cuarta Transformación volvió a Dolores Padierna su gurú.  -Estás loco -le dije recor...